Tres poemas de «No hay valientes en el paraíso», de MJ Romero

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8

No hay significado exacto para el objeto. Una línea no es solo una línea. La línea y su color. La línea y su grosor. La línea y el vacío sobre el que se sostiene.

La línea suelo sobre la que apoyo mis pies. La línea invisible sobre la que va la vida.

La línea horizonte de la mirada. La línea interior del devenir. Y la línea de tus manos cuando te las abro antes de dormir.

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Jacques juega a cabeza vacía tras los visillos que mueve el viento
jacques me mira y no lo veo
jacques huye del vuelo de las moscas y apaga las luces
debajo de la silla el cadáver de un insecto
los dedos pinzas aprisionan el cuerpo y lo rompen
ver a jacques recogiendo insectos aumenta la inquietud

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Ella llegó para quedarse
y llenó el cauce manantial de la voz antes de haberte escuchado
ella llegó para quejarse en sonido de relumbres
adiós a las perpendiculares que trazaban los vestigios
adiós a los tratados de superficies óseas
sin embargo yo no soy la extranjera del espacio vacío.

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MJ Romero, No hay valientes en el paraíso, Ediciones Tigres de papel, Col. poeNOmas, Madrid 2024. Prólogo de Ana Martín Puigpelat.

Tres poemas de «La donna del claqué», de MJ Romero

Desde la última alambrada donde creí verte morir

Cuando me hablas de mí
nunca acaba la sucesión de sonidos tan largamente pensados
nunca los hombres saben excepto las tonalidades de su propio yo
sombra de su sombra
por eso destruyo abril en olor de cedro
o en campos de cerezos sin flor

y no respondo del poema
no busco solo en su sonoridad
el ritmo cadente o ascendente del verso
ni siquiera busco en la palabra
espina
alambrada
ortigas o precipicios
busco que la voz se encuentre en el borde de la última letra
afásica y distorsionada
antes de darla al aire
como si fuera el último bambú de un río imaginario

no responderé si tras el pronombre no significas mi sombra
de topo u hormiga rastreando raíces y ramas de árboles secos
o de pájaro de taxidermista sobre un cenicero vacío
no responderé si me observo alejada de mi sombra
mientras avanzo sobre esta línea negra trazada sobre blanco.

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NO quería regresar por aquí
mientras tú atravesabas ese barrio oscuro
e inhóspito donde todo es noche
y más noche
y dulcemente lo atravesabas
dulcemente
amor

de regreso
solo voz
por las calles oscuras
donde yo hacía guardia a corazón abierto
y contenía la respiración
en segundos
clave y sinónimos de alerta.

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REGRESÉ al lugar donde los niños aún no juegan ni se enrocan en metáforas

helena salía del libro y los epítetos eran cascadas de silencio que rompía sobre los renglones negros
madre leía en voz alta para las atentas miradas infantiles

y no recuperé su voz.

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MJ Romero, «La donna del claqué (o no me nombres)», Eolas Ediciones, Col. Aura, León 2022

Aquí más información:
https://www.eolasediciones.es/catalogo/coleccion-aura/la-donna-del-claque-o-no-me-nombres/

Dos poemas de «Laberintos», de MJ Romero

 

III

Cuando no hay nada peor que los lugares comunes.
Sobrescribir los lugares sombríos ocultos por las piedras.

Lugares historia. Sombras historia. Restos de la ciudad amurallada. Ningún arpón ni espada. Sombras de manos y huellas invisibles. Hombres atravesando las murallas de la ciudad hacia el poniente. Navegar hacia otros navegantes. Poco o nada sabemos de sus mujeres.

Musgo hacia el norte.

 

Decimosexto laberinto

Dentro de nada se cerrará una puerta y dejará un portazo como eco. No está sobre los hombros, casa tejado, ni dentro del esternón refugiándose de las inclemencias y combatiéndome con el tiempo de sus habitantes y sus huecos. Casa tejado de ausencias. Casa raíz ahora bajo mis pies. Me ha trasladado el dolor hacia el pie derecho. La casa sabe que la estoy pisoteando y se duele en mi pie.

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MJ Romero, «Laberintos», Eolas ediciones, Col. Aura, León 2018

Dos de «De Ciudad Blonde», de MJ Romero

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A VECES se apodera de mí el espíritu más chamánico de la tribu
y me convierto en una seta dadá de un bosque dadá

hongo paraguas para el temporal que arrecia
hongo paraguas de colores para un temporal gris

están buscando el secreto del poema
totalmente perdidos
como niños

blablá blablá

el mejor poema está en el silencio
el mejor poema es raíz
el mejor poema es rama
el mejor poema es
sin más

veo su luz
la oscuridad que ciega
desde mi posición de seta dadá.

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BUSCO LA profundidad del pozo dijo ella
y él se dispuso a recoger lluvia

los aviones planean sobre la ciudad
sobre las cabezas de las bestias
sobre el silencio.

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MJ Romero, «De Ciudad Blonde», Los libros de Noctiluca, Sevilla 2017. Prólogo de Lola Crespo.

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Información y pedidos: librosdenoctiluca@gmail.com

Un poema de MJ Romero

1
Diagnosticada la enfermedad, comienza la enfermedad de padecer la enfermedad: la carcoma sin termitas, los besos de la fiebre, el runrún de la noche, la gravedad absoluta del tiempo. Cualquier cama de hospital equivale a todas las palabras que puedas imaginarte elevadas a cero, la unidad reducida a un cuerpo.
Al final entiendo que la vida va rimada con dolor, un dolor inconcluso lentamente.

2
Más allá del desanclaje que desestabiliza el cuerpo apenas sucede nada. El punto de apoyo se desliza levemente, el cuerpo tiembla por saberse en el aire, los huesos se creen a buen resguardo, pero el punto de apoyo levita en la cabeza con desdén de peligro.

Dos de «Chica Chispa», de MJ Romero

Portada chica chispa rudimentaria

8

Una vez dentro de la caja de ascensores, hombre G analiza todas las cláusulas resolutorias concernientes a la ubicación de la estatua que todavía no han comprado.

Mantienen estrechas relaciones unos con otros, pero ante la ausencia del príncipe de Baviera se deshacen los vínculos como si el luto los monopolizase como individuos aislados. Así el hombre chispa y hombre G dejan a un lado su hermandad y se tratan igual que dos extraños.

De coincidir en algo, será en un punto geográfico lejano, de coincidir será de pasada, quizá en Zambia o más allá, piensa el hombre chispa.

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37

Ella es inteligente. Deja el servicio de cajería y se va a los eventos que considera importantes. Chismorrea. Sí. Es una cotilla. Cotillea y hasta espía los pasos olvidados sobre las maderas de los salones. Otra ella intenta averiguar qué hace con tanta información.

Seis minutos, ocho minutos… y descubre que es la cabaña del poblador.

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MJ Romero, «Chica Chispa», Eolas Ediciones, Col. Eria, León 2015. Prólogo de Isabel Mercadé.

Un poema inédito de MJ Romero

No podía preguntar por el final de los plásticos
hundiéndose en tus sienes ni por el dolor fuego en mis ojos
el final palabra giratoria ascendente
final escalera de caracol descendente a la vuelta de las puertas
de puerta a puerta
sin rastros de las hendiduras sobre tu piel
sin rastros de las llamas dentro de mi ojos ardiendo en agua
no quieras saber la intensidad que hunde
la intensidad que arremolina el aire y te engulle
ya no podrás respirar del aire que te rodea
miras y no ves
no hay aire fuera del torbellino
no hay máquinas de aire
ninguna fruta al alcance donde sumergir la acidez
de los labios.

Un poema inédito de MJ Romero

Cada vez que ella cruzaba el sendero saltaba un corzo mágico
que encajaba sus alas en sus pulmones (de ella) y volaba
era un corzo alado un corzo terrenal de bosque
amamantado por los ojos del bosque
era en días de invierno o en días de verano indistintamente
cuando grabábamos los garabatos corazones de amor sobre las cortezas
y las iniciales de los nombres sobre flechas imaginarias
que luego tendrían el sabor amargo del dolor
era la imaginación del futuro
a imagen y semejanza de lo que deseábamos.

Un poema de MJ Romero

La ciudad era una fiesta como un parís sin fecha en celuloide
una tartana fuera de su tiempo
los habitantes ya escaseaban entonces
no mendigues fuera de tu calle
rezaba en un cartel del antiguo consistorio
donde ellos mendigaban ladraban los perros callejeros
sin cesar y hambrientos
algún buitre llegado del bosque más próximo sobrevolaba sus piezas
ya habían pasado las bicicletas hacia la playa
y no circulaban por la calzada principal tranvías amarillos
las salas de juego situadas en las esquinas de las calles estaban cerradas
y sin música llamativa hacia el silencio de los jugadores compulsivos
el regidor seguía sentado bajo los soportales
casi ciego
como una estatua
leal en su vejez a la ciudad de piedra.

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Del inédito «La donna del claqué».

Un poema de “Outsider (o todos mis tutús en vos)”

Portada Outsider.

HISTORIAS ESCRITAS SOBRE LA ARENA

Coleccióname en tréboles de cuatro hojas o más
cortados de praderas perdidas
y acércame a tu espacio y a tu memoria
para iluminarnos de azul sobre puentes rotos
cuánta dejadez nombrarme por nombrarnos

ayer quise ir descalza sobre tierras grises
y grabarte en las palmas de las manos
mientras trozos de corteza caían
convertidos en cenizas

hoy leo versos de otros
y quiero ser el ritmo que les falta
lengua viva de sus bocas
descifrar los códigos en redes de silencios
o cadencia de manzana roja sobre hologramas del mañana
y saber
por qué tu palabra se anticipa siempre a mi voz

recojo hojas aguja de los pinos de los arenales
con ellas escribo sobre la playa signos que no descifrarás
porque ninguna marea permanece quieta
a los pies de las palabras.

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MJ Romero, «Outsider (o todos mis tutús en vos)», Camparredonda, Los Cuadernos de Plata, León 2013. Fotografías de Gregorio Fernández Castañón.

Outsider (o todos mis tutús en vos)

Portada Outsider

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Cómo cantar un poema bálsamo para consuelo de cualquier desconsolado

Recitar es poco
no pronuncies
canta el poema sobre una música nube de fondo silencioso
canta sin articular palabras
solo tu voz
cuerpo voluminoso y torpe
apoyado sobre la barandilla que da al mar
y descalzo sobre tierra aumenta las heridas de tus pies cansados
hasta hacer grietas insalvables hacia el hueso
él es el punto meta donde llegará tu voz
hasta convertirse en amargura ósea
solo entonces tus huesos podrán recitar el poema
en simbiosis de consuelo desconsuelo.

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MJ Romero, «Outsider (o todos mis tutús en vos)», Camparredonda, Los Cuadernos de Plata, León 2013. Fotografías de Gregorio Fernández Castañón.

Chica chispa, de MJ Romero

2
Soy la chica de las bagatelas. Era niña bagatela hasta que el hombre chispa llegó al supermercado.
Qué niña más rica, dicen babosos y babosas al llegar al anclaje de los carritos. Y yo dedico una sonrisa angelical a cada baba.
Llegó él y me dijo tú serás una bagatela en mi ciudad de chispas. Y yo feliz afilé mis uñas y mis dientes, sobre todo mis colmillos, y sonreí descontrolada y salvajemente.
Erosiono a las cajeras, solo el hombre chispa comprende.
Cuando llegan mascotas corro hacia las puertas de cristal de la entrada y a modo de saludo extiendo uno de mis pies para ver feliz el aterrizaje.
Mantengo mis uñas y mi dentadura intactas porque algún día me cambiaré de supermercado y me trasladaré a ciudad chispa con hombre chispa.

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-Vuelve fue la última palabra que oí antes de subir al tren que me trajo a esta tierra. Sueño con ella, vuelve, vuelve. Podían haber pronunciado regresa, que suena más repetitivo por el ‘re’, pero se ve que no quisieron repetirse ni en mi despedida –explica chica chispa a las cajeras.
-No vayas a rayarte con eso – aconseja una de las cajeras.
-Es lo malo de dominar varios idiomas, que entiendes todo lo que te dicen – añade otra.
-Pero luego están las aguas subterráneas y me pierdo –se lamenta chica chispa.
-¿Qué aguas subterráneas? –pregunta la cajera.
-Las de las palabras… ¿o estáis sordas?

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Derek no sabía la verdad o si la sabía era otra muy distinta. Bah, a medio camino de la filosofía, os regalo el libro, en la vida volveré a leerlo.
-Pues si es de filosofía, no lo quiero –dijo la cajera a quien chica chispa entregó el libro-, ¿para qué ha de servirnos aquí la filosofía?
-Para todo y para nada, querida. ¿Podrías explicarme este extracto del mundo en que vivimos, con carritos tan bien alineados, con las distintas secciones tan pulcramente dispuestas y ordenadas en estanterías?
-Mañana me calzaré árboles, pies de abeto.
-¿Ves para qué leemos libros?
-¿Acaso vamos a interpretarnos o a respondernos?
-Vale, no leeremos más libros. Los grabaremos y los oiremos mientras duren la clases de patinación.
-¿Patinación?
-Sí, sí, patinación, y si no sabes qué es pregúntale a hombre chispa que es como un libro abierto. ¿Sabes? Un libro que se abre y permanece abierto, pero igual un viento fuerte lo cierra y entonces será un libro abierto y cerrado.

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Identifíquese usted. Identifíquese como una lechuga, como un pollo frito o como una zanahoria, pero identifíquese, y recuerde que está en la sección de frutería. Es obligatorio ponerse los guantes y si tiene escafandra colóquesela también. No recorra los pasillos como si fuera un niño en patinete. Avance. Avance. No deje su carrito parado junto a otros muchos carritos, es algo subversivo, puede usted provocar accidentes circulatorios graves para la locomoción de las personas, piense en los pies y las piernas de los ambulantes de pasillos.
-Por dios, que se calle de una vez esa cotorra de altavoz.
-Una señora muy sensible de oído se fue a toda prisa con las manos en la cabeza tapándose los oídos porque el altavoz la ponía loca. Esa voz de orden es más peligrosa que mis carritos en desorden por los pasillos.
-Por dios, reunámonos en silencio hasta que la voz vigiladora se calle.
-Sí, sí, o que nos cante un gregoriano o un pasodoble o una angustia vital de Brel pero que deje de dar órdenes acumulativas.

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Gracias, MJ. En La ciudad sinnombre.

Un poema de MJ Romero

Cualquier mujer es útero sajado con gran delicadeza y arrojado luego al contenedor con una ligera delicadeza y quemado en crematorio sin ninguna delicadeza

Pide un buen cirujano de dedos de plata y de iris de fuego para el túnel que ya no es sangrado de ningún dios

Exige agudeza visual dentro de ti porque ya no hay cuervos sobrevolando los hospitales y los gorriones no alcanzan tan altos vuelos

La última cueva sagrada solo fue cobijo de piedras arenillas en los ojos los ojos plastificados de cualquier madre en el limbo de niños que no llegaron a nacer

Un mar de pirañas que devoren las excrecencias de los días como si fueran túmulos que no han de dejar pasar.

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Tomado prestado de su blog.