Que llueva siempre en la voz de Ángela Serna 2

 

 

 

ARGUMENTO DEL POEMA

El hombre se encuentra sentado frente al abismo
y escribe en su cuaderno palabras de deslealtad,
palabras que le confesarán la vida.
Tose cada poco y de su mano, temblorosa
y una noche lasciva, nacen gestos
vejatorios y frases encantadas, quejas del pasado
vendidas a un postor hermoso, líneas que congregan
almizcle y rosales, el amor y las cinturas
de mujeres irremisiblemente extraviadas.
El hombre establece que el poema es su reflejo
más fiel, el laberinto que ha de transitar
de puntillas, a solas con la efigie que confunde.
Pero no es verdad, un poema es lo desarropado
del que sueña con celebrar el día de su muerte
sin vestirla y se abraza al caos de la noche
y ama desde entonces a su antojo
la posibilidad, la necedad, el bruto y triste signo
de su escritura que es tormento porque sí.
Hay un hombre también que calcina sus manos
en el mismo poema que duplica de aquel otro.
Es tarde y se cierra el cuaderno que no sirve
sino para alumbrar radicalmente las huellas
que huyen, los ojos agrandados y tenues,
el deseo iracundo de los hijos o la ternura
casual que dictan sus palabras.
El poema, no se sabe por quién, comienza
a ser escrito: no volver jamás, no tener
que recordarlo en mi corazón
que es un demente.

 

Que llueva siempre en la voz de Ángela Serna

 

EL DESEO DE ANDAR

Fragmentos de médula arrojados al azar por un búho.
Porque escuecen los brazos y el pequeño espera
que tu amor se levante con él y camine tranquilo
por la casa.
Nada es como parece, se crea la luz como se crea
un sollozo y llegan secuaces
a sufrir la exagerada luz contigo.
Pobre diablo que tose y gesticula para que le dejen reír
los ruines ñuberos, para que el vodka abrase
la garganta con sumo gusto
y no sobrevenga más la noche.

Sueñas tu parálisis desde tantos años atrás y acuden
de improviso a tu memoria las sombras,
sombras que proporcionan curiosa compañía
si no buscas su desnudez entregada
a otra persona, y me cuentas
que te va bien y que el sudor es objeto de intercambio
para que al alba huya el niño rubio del disfraz.
Merece la pena perder un poquitín el tiempo.

Además de la lluvia se te suben al rostro tapires
y algún vestigio
de cuanto se extravió en tus cajas de atesorar
recuerdos con urgencia.

Todo está aquí, en tu corazón destartalado
que no interpreta bien
el signo de su enojo y escribe en el papel letras
de colores
para seducir a la destrucción en lo posible.
Para abrir de par en par esa diminuta pupila
que explica el deterioro de los cuerpos hurtados
al olvido,
o casi a la decrepitud.
Fragmentos de médula, sí, pero esta vez
arrojados por un mago al fuego de la noche.
Clávame tus uñas, maldito envenenador, y dime
que me quieres.

 

«Los poemas de Horacio E. Cluck» en Madrid

 

Es el vídeo de la lectura-presentación que el pasado día 13 tuvo lugar en la librería madrileña Enclave de Libros.
Intervinieron Ana Ares, Óscar Ayala, Gsús Bonilla, Javier Gil Martín, Ana Martín Puigpelat, Juan Carlos Mestre, Paco Moral y Rafael Saravia.
Al final del acto se sumaron la poeta Ángeles Fernangómez, la editora Charo Fierro y la también poeta María José Vidal Prado.
La grabación corrió a cargo de Paco Moral.

Un poema en Radio Vitoria

— En la voz de Patricia Furlong.

 

ESTACIÓN DE AUTOBUSES

En el dorso de la mano
camaleones que desisten de satisfacer
la pereza. Un terrón de azúcar
para mirarte a escondidas al bajar
con los ojos resecos
hundidos
del coche de línea.

Ciudad para las úlceras.
Ciudad inclemente
que tarda en advertir la presencia
de quien anota el segundo estertor
a las 10:11 en la pizarra.

Si quisiéramos desmoronar
el olvido y absolver a quien se enojó
con nosotros, si pretendes
hacer como que concluye
lo desconfiado con ella, nadie
va a llamarte cobarde.

En el dorso de la mano
precipicios añiles
que presumimos
allí.

de «A la que falta» (Origami, 2013)
en «Este cuento se ha acabado. Poesía reunida 2014-1977 (Renacimiento, 2015)

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http://www.eitb.eus/es/get/multimedia/embed/id/3561078/tipo/audio/

El anochecer es un taxi negrísimo

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Fragmento del poema VIII de Cáncer de invierno. Vídeo y voz de José Domingo Gutiérrez.
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(..…)
El anochecer es un taxi negrísimo
que asoma en la calle del Medio y es Obdulia
desnuda y dormida, soy yo si permanezco solo
mientras el mundo o su nostalgia acaba.
El contacto con cuanto es fugitivo arde en la boca
como si tuviera prisa por pasar el tiempo,
otros hombres hasta aquí venían a curar
su sarcoidosis.
Qué astuta elección si crees suficiente
desdramatizar tu afán por perdonarlo todo,
tu mejoría cuando el sol
seca tu frente de pensamientos voraces y difíciles.
No serás nunca el suicida que se sumerge con su idea
en el cieno absurdo de la noche y no mira su rostro
que le dice, no, no debes volver.
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Cáncer de invierno

En Radio Vitoria

http://www.eitb.com/es/get/multimedia/embed/id/2720508/tipo/audio/

Gracias, Patricia. http://jaulapajaros.blogspot.com.es/2014/11/rapsodeando-luis-miguel-rabanal.html
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Nadie está conmigo, solamente el ruido del mar que
tampoco es el ruido del mar que conozco sino el de
otra quietud que embrutece escribir.
Nada sabe mi lengua de tu lengua y sin embargo hubo
alguna vez un deleite estremecedor y austero que ya
no recuerdo.

La casa se asombra entre las llamas y nadie está
conmigo, por casualidad arden mis ojos y llueve mucho
afuera y nada puede ser si tú previamente no lo
invocas.

Nada ha cambiado en aquel cuerpo que no me atañe y
requiere de una bondad similar a la tuya.

Parece embuste esta compasión.

Llegan de muy lejos los pájaros…

Vídeos de primera 27

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Lectura de Ángeles Fernangómez en el Hayedo de Busmayor, agosto de 2014.

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LOS LICÁNTROPOS DEL PARQUE

En un principio ella se desconcierta.
Para alarmarse enseguida
al no diferenciar la predestinación
de otros murmullos dudosos.
Platino, tamoxifeno.

Yo sé que se aguanta de pie, o que ya
no lo soporta, según la sueñe.

Sé que no me reconoce
debido a sus pómulos fríos, cuando
la beso y no está frente a mí.
Yo sé que no me quiere ahora
porque no se acuerda.

(La gota que rebosa el ojo.

En el Parque lo atestiguan
los muertos, clama
el charlatán al poco de cuajar
su infusión de cristal y ceniza).

Por teléfono me cuenta la congoja
de su piel, los vómitos grises
o la forma que ha concebido
para no morir, no todavía.

Y ella se despreocupa y da
su brazo a torcer a los fantasmas,
doctores intachables
de lo iluso.

De «A la que falta», Origami, Jerez de la Frontera 2014

Vídeos de primera 26

Lectura del poema «Camino de Ceide» por Daniel R. Puente y Jorge de la Rosa.

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CAMINO DE CEIDE

De la mano de la infancia, vistiendo los frutales
con mi intemperie y llovizna.
Dentro de las casas ya habita el invierno, su túnica
es triste como el murmullo que pasa a mi lado,
paseando la tardecina pleno de nostalgia y de nubes.
En este camino, una vez, besé los labios radiantes
de una niña llamada ternura.
Apenas recuerdo el color de sus ojos, las ramas
de su lengua. Tan sólo sé que fue hace tiempo
de este atardecer de soledad y de frío.
Dentro de las casas se vacía la leña, y alguien,
acaso sea un hombre muy roto, remueve en sus manos
la furia del espejo y olvida las horas.
Camino de Ceide que conduce a la noche.

De «La memoria buscando sus disfraces», Barrio de Maravillas, Valladolid 1986

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La memoria buscando

Vídeos de primera 25

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LUIS CERNUDA ESTÁ SENTADO FRENTE AL ESPEJO

caí en lo negro,
en el mundo insaciable.
L. C.

A la vida le rebosan los sobresaltos y las
ternuras cercenadas por manos misteriosas.
Alguien ha advertido desde un patio
inapreciable que no basta el silencio
para hacerse entender
por el amigo que escapa en la sombra.
A mi vida le toman el pulso
algunos proscritos y algunos imbéciles.

La mujer de cabellos sucios, de uñas
sucias y de encías desoladas,
es la patria que tuve.
De tanto devorar a sus hijos
enclenques le ha quedado el aliento
asqueroso: yo quería perpetuar el momento.

Cuando pasa la estación de las lluvias,
ese laberinto que jamás se extingue,
el antiguo muchacho se arriesga a saciar
su sonrisa de nuevo con sombras.
De nuevo los arpegios sin música
y el amor no me dicen sino tacaños
tesoros, mezquinos tesoros.

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Voz y vídeo de María García Esperón.

También aquí :http://escritoenolleir.blogspot.com.es/2014/06/luis-cernuda-esta-sentado-frente-al.html

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Rabanal_tres_Inhalaciones_alta

Vídeos de primera 24

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EFRAÍN HUERTA SE RETRACTA DE TODO

Los hombres que te odian no comprenden
E. H.

Los poetas cruzan la calle sin mirar a los coches,
se frotan la palma de las manos porque si no
no estarían contentos.
Van como locos de una plaza ruidosa
a otra plaza encantada, se escuchan deprisa
y apenas si comen arroz y aflicciones con leche.

Los poetas hacen que no ven cuanto ocurre
a su lado, sacian su sed de infinito
con mujeres de torsos desnudos
y con muchachos azules que sorben las rosas.
Se les puede cobrar el aire que respiran
sin gracia y, sin embargo, los poetas enjugan
el sudor con pañuelos de cuadros,
diferentes a otros pañuelos de cuadros
que jamás podrán enseñarse.

Los poetas se tornan tristes por nada.
No saben vivir, no saben morir, ni siquiera
saben anotar correctamente la palabra rasguño.
¿Por qué enmudecen los poetas
a las seis de la tarde? ¿Por qué se desabotonan
la camisa como si nadie estuviera?
Que alguien nos saque de dudas,
por dios.

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Amargord Ediciones 2014

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Voz de María García Esperón.
También aquí.
http://escritoenolleir.blogspot.com.es/2014/04/efrain-huerta-se-retracta-de-todo.HTML

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