Un poema en la revista Ítaca

 

Y NUNCA VOLVER

Bajo este cielo frío se le encoge el corazón
una última vez y es discurso apagado
el amor, al menos el cuerpo que llamaba al amor
por su cordura, y es celebrado ahora lo inevitable
del recuerdo, tantas blancas camisas de puños
devorados por algas,
tantos labios arrancados de golpe
por el extranjero que vive hoy a su amparo.
Nada es preciso cuando el adiós es alguien
que solloza permanentemente en una silla
con ruedas prestada al destino,
su misma culpa de los mismos muchachos,
y nos espía la zozobra de abandonar
el monte de la Otrera, allí
donde fuimos niños sin quererlo
un verano o a lo sumo una vida.
Bajo este cielo helado el hombre se adelanta
a partir a ningún sitio, le exige al tiempo
más usura y recoge un puñado
de tierra en los frascos con óxido.
Todo ha sido dicho.
Todo contemplado con los ojos de la angustia
como el estafador que huyese, pero hacia atrás,
hacia su propio origen y su muerte descrita.
Sin ninguna piedad, es cierto.

*

Revista Ítaca, núm. 2, Primavera 2020. Avilés.
Dirigida por Isabel Marina, el presente número cuenta con colaboraciones de Ángeles Mora, Álvaro Hernando, José Luis Piquero, Felipe Benítez Reyes, Jesús Cárdenas Sánchez, Teresa Soto, entre otros autores.

Un poema inédito en Camparredonda

 

ALÉJATE DEL FUEGO

Sin ninguna piedad, como se desviste
al enfermo y es amarga la sed y tiene color
su boca de inminente y trágico peligro,
así rememorarías aquellos años de jugar tú solo
al borde del fangal, al borde de una imagen
con hogueras y humo azul para las lágrimas.
Debiste proteger mejor tu cuerpo entonces.
Hoy ya es tarde para deambular a ciegas
los lugares que dispuso la rutina ante tus ojos.
Mírate si no, esta edad no puede ser la tuya,
ni el amigo que ayer asesinaron, tan poca cosa,
y que nunca más verás no siendo en tu corazón,
cuando lo sueñes, y sea una batalla
sin sangre tu corazón de niño turbio.
Como si todo hubiera terminado,
ahora que comienzas a recordar su nombre
y no hay razón para saberlo escrito en los tabiques.
De aquel tiempo te queda una tormenta
que pasó y pasó y borró las nubes.

*

REVISTA CAMPARREDONDA, de aparición anual, número 20, bajo la dirección de Gregorio Fernández Castañón y que cuenta, entre otros, con los siguientes colaboradores: Miguel Paz Cabanas, Pablo Andrés Escapa, Sara Otero, Alberto R. Torices, Fulgencio Fernández, MJ Romero, José Luis Puerto, Tomás Sánchez Santiago, Javier Menéndez Llamazares o Eugenio Marcos Oteruelo. León, abril de 2019.

En la revista ÁLORA, LA BIEN CERCADA

 

LUGARES COMUNES

Tiene que ser él quien nos lo diga.
Habrá pasado un año más por su memoria,
casi un tren expreso que destruye la noche,
y sin embargo es el único que logra guiarnos
por esta encrucijada sin magnolios apenas.
Déjale hablar y que transite
las ciudades fútiles del sur y que regrese si cree
en las antiguas leyendas.
A su modo es lo mismo que tú, tan obcecado
con el presente que lo desfigura, tan pertinaz
con la mansedumbre falsa de los otros que llegan
al umbral perdido y allí arrojan su bostezo.
Ahora es el tiempo de merecer,
sin más ni más, la muerte.

*

Mi contribución para la revista ÁLORA, LA BIEN CERCADA, n.º 34, diciembre de 2017/junio de 2018. Edición coordinada por Isabel Miguel Díez.

Los poemas de Horacio E. Cluck en la revista Intercostal

— Imagen cortesía de Pablo García Malmierca

 

El silencio de la imagen
es la trampa que encierra la escritura,
vértigo de la luz haciéndose,
música inocua que escuchamos desnudos.
A partir de ese momento encuentras
en añicos el poema,
es fragilidad y añoranza
del universo que no pretendes obviar.
Sobre tu mano la mano onerosa
del que regresa para escribir su farsa.
Clava en el corazón ganzúas
y duerme en el desván vacío.

 

A la hora exacta de la contemplación,
cuando los búhos son hermosos vigías
de la última noche
y hay fantasmas que acarician princesas
blandas como la podredumbre,
o caballos huyendo de la piel
porque no amanece nunca,
yo escribo desde otro mundo ajeno,
el de las figuraciones imposibles.
Detrás de este reloj se esconde
también el frío.

 

La emotividad, el jadeante discurso
que prueba finalmente estar a la deriva
de tu cuerpo como si fuéramos amargos,
nos reconviene y exhorta
a permanecer rendidos.
Con el viento de octubre
simulando el placer que no llegaba,
nos hace claudicar con entereza
y olvidamos ahora que sucedió
todo cuanto el anhelo nos decía,
bocas solas para garabatear
entrega, despropósito, dislate…

Ya el tiempo obtuvo su esforzada arena
en los relojes y abrigas el desdén.
Si tu cintura no alberga más pasiones
que la risa de un muchacho
cuando goza,
qué linde extraña personificas.
Oscura devoradora de palabras

*

Tres de los cinco poemas que formaban mi contribución como adelanto editorial en el núm. 0 de la revista INTERCOSTAL, mayo de 2017. Editada en Salamanca por Pablo García Marmierca, Ibai Pascual Martín y Nekae Trigo. Colaboran en este número, entre otros: Celeste PF, Ángel Fernández Benítez y Javier Lostalé.

En «Cultura y trabajo. Artistas en Castilla y León»

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Ese cuerpo extraño que crece entre tus piernas y conoce el enojo y no conoce el temblor.

A menudo es suficiente con mirar la calle apagada y resignarse a haber sido el que fracturaba el deseo con las uñas insignificantes de firmeza de Simbad.

Ese cuerpo extraño que abulta en su desesperación y conforta al que llega con su vaso de fiebre.

*

Es el poema inédito para mi aportación al volumen «Cultura y trabajo. Artistas en Castilla y León», editado por la Fundación Ateneo Cultural CC OO de Castilla y León, Valladolid 2017

En «Palabra Luz Materia»

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Ahora vas a saber quién soy yo.
No sé si desnudarme
o empezar por lo que me conmueve, el alcohol
que no puedo digerir o la sonrisa
de aquel niño o la palma de la mano sudorosa
de alguien sollozando
entre mis manos.
Vas a saber con quién has vivido hasta hoy
sin haberte dado cuenta, sin notarlo siquiera
y sin una sola arruga en los destrozos
que quedan por ahí.

Si lo sabremos tú y yo que todo lo sabemos.
Vas a saber en este preciso instante
quién te dio la oportunidad para desvanecerte
y no volver nunca y ya ves que no.
Si por lo menos yo fuera yo y no ese muñeco vil
que ronda por la casa como un energúmeno,
con daga y caldero para el vómito.
Con sangre en las comisuras de la boca
y el corazón como si quisiera
ser destartalado.

Ese fantasma que tose.

*

Es mi autorretrato en el libro «Palabra Luz Materia», de Amando Casado. Eolas ediciones-Universidad de León, León 2017. Prólogo de Roberto Castrillo Soto. Estudio crítico de José Enrique Martínez.

El poeta sin lentes, una de las fotografías de Amando Casado que se incluye en el libro.
— El poeta sin lentes, una de las fotografías de Amando Casado que se incluye en el volumen.

En ESTACIÓN POESÍA

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Su cuerpo asustado y mi cuerpo asustado.

El frío de la noche que reposa en su voz como un muchacho triste que jamás regresa al origen inservible de su sueño.

Al marchar se cubre los ojos con la mano que falta, siempre fue así la certeza del que ha perdido la razón buscando afanosamente la tiza del color de la usura.

*

El poema inédito de un servidor en el núm. 8 de ESTACIÓN POESÍA, Otoño de 2016. Editada por el Secretariado de Publicaciones, Universidad de Sevilla, la dirección corre a cargo de Antonio Rivero Taravillo. Se reúnen colaboraciones de, entre otros, María Negroni, Nicolás Corraliza, Luis Martínez de Merlo, Karmelo C. Iribarren, Ruth Llana, Adolfo Cueto, Santos Domínguez, José Alcaraz, Javier Salvago, Juan Carlos de Lara, Miguel Floriano…

En Blocdejavier 3

SADI

No era por azar que el tiempo
transcurría desde entonces
más despacio: nos daba tanta pena
ver llover cada domingo
y mirábamos pasar la vida
que pasaba.

A menudo era suficiente.

Pero otras tardes la soledad,
aquella perra gris y coja,
mordía nuestros brazos
con ahínco, guardaba la casa
de todo lo perverso.
Y nos hacía llorar.

.

Gracias, Francisco Javier. https://blocdejavier.wordpress.com/2016/06/27/sadi/

En el blog El orden olvidado de las palabras

EL DESEO DE ANDAR

Fragmentos de médula arrojados al azar por un búho.
Porque escuecen los brazos y el pequeño espera
que tu amor se levante con él y camine tranquilo por la casa.
Nada es como parece, se crea la luz como se crea un sollozo
y llegan secuaces a sufrir la exagerada luz contigo.
Pobre diablo que tose y gesticula para que le dejen reír
los ruines ñuberos, para que el vodka abrase la garganta
con sumo gusto
y no sobrevenga más la noche.
Sueñas tu parálisis desde tantos años atrás y acuden
de improviso a tu memoria las sombras,
sombras que proporcionan curiosa compañía
si no buscas su desnudez entregada
a otra persona, y me cuentas
que todo te va bien y que el sudor es objeto
de intercambio para que al alba huya el niño rubio del disfraz.
Merece la pena perder hoy un poquitín el tiempo.
Además de la lluvia se te suben al rostro tapires y algún vestigio
de cuanto se extravió en tus cajas de atesorar
recuerdos con urgencia.
Todo está aquí, en tu corazón destartalado que no interpreta bien
el signo de su enojo y escribe en el papel letras de colores
para seducir a la destrucción en lo posible.
Para abrir de par en par esa diminuta pupila que explica
el deterioro de los cuerpos hurtados al olvido,
o casi a la decrepitud.
Fragmentos de médula, sí,
pero esta vez arrojados por un mago al fuego de la noche.
«Clávame tus uñas, maldito envenenador, y dime que me quieres».
.

Gracias, Ángela. http://elordenolvidadodelaspalabras.blogspot.com.es/2016/02/el-deseo-de-andar-poema-inedito-de-luis.html

En «Pessoas, 28 heterónimos esperando a Fernando Pessoa»

Pessoasport.

 

I
La celebración y el temblor
se sumergen en el abrazo
de quien persuade.
A cambio de palabras
soñar con haber sido el de
la prisa, el que conviene
asustar con negaciones.
Mirar su rostro y que el agua
de la lluvia lave la memoria,
o envuelva su entresijo
el que camina a oscuras.

 

II
Amigos que borran
el rastro bajo el puente
de paja, que suelen mentir
por la tarde a esa hora
boba de las promesas
y los besos tan grises.
Con su mano desigual
trazas un signo, secas
el agua de su mejilla
y ya afuera es de noche.

.

Es mi aportación para el libro «Pessoas, 28 heterónimos esperando a Fernando Pessoa», Karima Editora, Sevilla 2016. Ilustraciones de Ricardo Ranz. Prólogo de Manuel Moya. Palabras preliminares de Antonio Gamoneda, Juan Carlos Mestre, Antonio Colinas y Santos Domínguez.

Cortesía de Sara Castelar
Cortesía de Sara Castelar

En Hankover

Detrás del espejo,
como una aparición,
la mirada más triste.
A menudo es el tiempo
quien decide con saña
que no debes volver.
Alguien espía desde allí,
tu vida la han hilvanado
con horror y costumbre.
Quieres interrumpirlo,
da igual su desmesura
o su falta de memoria.
Detrás del espejo
aún no hay nadie.

.

Gracias, Vicente. http://hankover.blogspot.com.es/2016/02/un-poema-de-luis-miguel-rabanal.html

También aquí. Gracias, Tomás. http://frentealsilencio.blogspot.com.es/2016/02/luis-miguel-rabanal.html

En Blocdejavier 2

DESPUÉS qué importa.
Te vestirán de nuevo con el traje
de la risa que se lo llevaba el humo,
habrá rostros contritos
y algún cigarro sin terminar
bajo tus pies helados.
Lo mismo que la vida.
Te derramarán palabras sin sentido
y allí todo habrá acabado.
Nunca más los colores
que uno no se acostumbra a perder
en los ojos de las otras,
lo mismo que la vida.
Si acaso, un niño ya mayor
un poco llorará sobre tu frente
y ya nadie diga nada.
Un avión de juguete, un barco.
Y una bolsa con cenizas.
.

Gracias, Francisco Javier. https://blocdejavier.wordpress.com/2016/02/09/poema-del-aparecido/

En el blog Frente al silencio

DESPRECIAR ese momento
que termina por darme
su valor a solas: páginas
escritas por alguien
que no soy yo,
mas usa mi mirada.
Volver a recordarlo todo.
El amor a las palabras
dulces, el regreso a ningún
sitio, el muchacho que fui
y el vodka taciturno.
El poema lo conoce.
En tu corazón la primera
claridad del día.

.

Gracias, Tomás. http://frentealsilencio.blogspot.com.es/2016/01/luis-miguel-rabanal.html

Entrevista en La Crítica de León

La crítica de León portada 2

Uno escribe poesía porque es la manera más extraña de (des) entenderse para seguir estando vivo.

El arte de la poesía, de la literatura que tanto une a los seres humanos más allá de sus personales circunstancias, que permite en su esencia la cercanía entre autor y lector, nos faculta hoy, prescindiendo la presencia física, a entrevistar a Luis Miguel Rabanal, autor leones afincado en Asturias, y creador de Olleir, uno de los muchos territorios poéticos en que se desenvuelve su obra y que a tantos nos ha acercado a su referente físico geográfico.

¿Desde la distancia, a qué cree que se debe esta efervescencia literaria, poética, que actualmente se da en León?

-La ciudad de León, si la memoria no me falla, ya gozaba de una vida literaria más que estupenda a mediados de los años 70 y hasta 1979, que es cuando yo viví, escribí, trabajé y demás asuntos por allí. Ha pasado el tiempo y compruebo que aquella actividad no ha mermado, solo que algunos de los mayores se han tenido que marchar y han llegado otros con diversas maneras de enfrentarse al hecho creativo, a su exposición y representación ante el posible público interesado. Leteo, Vinalia, Dolores de poesía en los bares, Ágora, Pasquines… Y una lástima aquel viejo proyecto, abortado por el PP, de “León, ciudad literaria”.

¿Cuándo comenzó a escribir?

-Fue en el instituto Padre Isla, en clase de COU, justo ahora hace algo más de cuarenta años. Por aquel entonces lo mío era el fútbol, entrenar y jugar y entrenar, pero un buen día tomé la libreta de anillas y, ay madre, lo que vino a continuación. En realidad todo se trataba de algún tipo de emulación. Mi compañero Miguel Ángel Llamazares, si no recuerdo mal su nombre y apellido, escribía unos poemas de amor la mar de entretenidos. Por qué no probar yo, me dije.

¿Cuál fue su primer obra?, ¿cuál su última?

-Un libro amarillo e infumable titulado “Variaciones. Total S. E. u O.”. Edición de autor —una y no más—, se imprimió horriblemente, aunque supongo que no fue culpa de nadie sino mía, en la Imprenta Casado. Aquello sucedió en el verano de 1977. “Tres inhalaciones”, mi último libro, salió en la editorial Amargord, inaugurando nueva colección, el año pasado. No obstante, unos meses atrás se publica en Renacimiento “Este cuento se ha acabado. Poesía reunida (2014-1977)”, con frontispicio de Antonio Gamoneda, prólogo de Tomás Sánchez Santiago y epílogo de MJ Romero, que abarca los dos libros anteriormente citados y el resto de libros y cuadernos aparecidos en ese largo-largo período temporal.

¿Qué siente con respecto al conjunto de su obra?

-Buena pregunta. En un principio apuntaría el pudor, el inmenso pudor. Con esa cantidad de libros amalgamados ahí, en un volumen, el gordito azul ese, uno siente algo similar a la vergüenza: aquel título de poema, este verso, aquella imagen, señor, señor, cuántas, cuántas tonterías. Luego uno, más pausadamente, recapacita y hasta se alegra, no sé de qué, pero se alegra.

¿Tiene nombre el paraíso?, ¿y el infierno?

-Olleir, naturalmente, es mi “paraíso” inalcanzable, pues los paraísos cercanos, los que se consiguen tocar y hollar asiduamente, no son tales sino mera certidumbre pegajosa, y no es por envidia. Respecto al infierno no dispongo en este preciso instante de demasiados datos para nombrar lo estúpido o lo ajeno de esa religión tan extraña para mí. Bien, el verdadero infierno asumo que incluso podría llevar conviviendo con él unos dieciocho años aproximadamente. Y tan campantes.

¿La Poesía es goce, dolor o resistencia?

-La poesía es celebración pero también pudiera ser el mayor acto de cobardía que se conoce: escribir para que el poderoso se jacte de ello, de la enormidad y belleza de su poder. No tengo muy claro las utilidades, al día de hoy, de la poesía. Sí recuerdo cómo se generaba el acto creativo antaño, cuando empezaba a dar los primeros pasos en aquel mundo de escribir renglones como versos, o cuando ya había publicado los primeros libros y seguía sin ningún tipo de certezas. Claro que la poesía es goce, maravilla, desposesión, pasmo. Por otro lado, del dolor no es posible entresacar más que miserias y miserias, el lugar común de la intemperie. Pero sí, el poema, en según qué coyunturas, es lúcido y nos consuela con su inmediata determinación.

¿Una recomendación a los jóvenes escritores?

-Qué otra recomendación hacerles sino que lean, lean y lean. Y que escriban hasta la extenuación, o casi. Tiempo habrá más adelante para exacerbar su capacidad de sonrojo y tomar medidas oportunas al respecto. Creo que era San Cosme, o si no sería San Damián, supongo, quien aseveraba que la virtud no tiene razón de ser cuando no la meneamos lo suficiente por ahí. Pues eso, de menearla se trata, de escribir como si fuese el último borrador. De clavar en el poema el corazón de quien más se reconoce en lo distinto.

Sus poemas son borbotones de vida vivida, deseada, anhelada. Dada su circunstancia personal, ¿cómo es su conexión con el mundo? ¿cómo su mirada?

-Lo malo, o no tan malo, de llevar tantos años escribiendo y borrando y volviendo a escribir es que ya estás acostumbrado a manejar el interruptor de la escritura y de la rabia. Has sabido diferenciar la experiencia personal del personaje soso que creas a diario para engañar tu incapacidad para el ocultamiento. En cuanto a mi conexión con el mundo, creo haberlo dejado escrito en alguna otra ocasión, es esta pantalla a la que ahora mismo estoy dictando palabras y toses y palabras mientras Musina me mira desde la CPU, no sé si medio sorprendida o mondándose de risa. Internet, Facebook, el blogín Más palabras para olvidar, así vamos tirando.

¿De verdad “Este cuento se ha acabado”?

-“Ese” cuento por supuesto que se ha acabado. Concluyó una época amplia de escritura y de publicaciones, publicaciones por lo demás inencontrables. Hubo un cansancio y un momento de decir basta, o hasta luego. No intervine yo solo en ese apaciguamiento, que conste. ¿Que si vendrán más libros? Me imagino que sí, pero a saber.

Por último, ¿nos regala una metáfora?

-Matar el tiempo matar el tiempo matar el tiempo matar el tiempo.
.

LA CRÍTICA DE LEÓN, n.º 2, enero de 2016, León. En la sección Escritores de León fuera del circuito… oficial. También en EL PERIÓDICO DE CASTILLA Y LEÓN.
En digital aquí:
http://www.lacriticadeleon.com/noticia/484/cultura/escritores-de-leon-fuera-del-circuito…-oficial-2.html
http://elperiodicodecastillayleon.com/noticia/2016-01-08-luis-miguel-rabanal-uno-escribe-poesia-porque-es-manera-mas-extrana-des-entenderse-seguir-estando-vivo-319